Periodo sensioromotor.
Esta es la primera de las
cuatro etapas de la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget(1954, 1964). Se extiende
desde el nacimiento hasta aproximadamente 2 años, se caracteriza porque es un
período de rápido crecimiento cognitivo.
El niño desarrolla en este
estadio una comprensión del mundo a través del ensayo y error, empleando sus
sentidos y acciones.
A través de los procesos
cognitivos de asimilación y acomodación las acciones se van adaptando progresivamente
al mundo.
Los infantes se caracterizan
por el egocentrismo extremo, en el cual el niño no tiene ninguna comprensión
del mundo aparte de su propio punto de vista actual.
El logro principal durante
esta etapa es la comprensión que los objetos existen y los eventos ocurren en
el mundo independientemente de las propias acciones (“el concepto de objeto”, o
“permanencia del objeto”).
La permanencia del objeto
significa saber que un objeto todavía existe, incluso si está oculto. Requiere
la capacidad de formar una representación mental (es decir, un esquema) del objeto.
Por ejemplo, si se coloca
un juguete bajo una manta, el niño que ha logrado la permanencia del objeto
sabe que está allí y puede buscarlo activamente. Al principio de esta etapa el
niño se comporta como si el juguete hubiera desaparecido simplemente. El logro
de la permanencia del objeto generalmente señala la transición a la siguiente
etapa de desarrollo (preoperacional).
Subestadios
de la etapa sensoriomotora
A partir de la observación
cuidadosa de sus propios hijos (Jacqueline, Lucienne y Laurent) Piaget (1952)
concluyó que el pensamiento se desarrolla a través de 6 sub etapas, durante el
período sensomotor:
1. Actos reflejos (0-1 mes)
El primer sub-estadio
(primer mes de vida aproximadamente), es la etapa de los actos reflejos. El
neonato responde a la estimulación externa mediante acciones reflejas innatas.
Por ejemplo, si el bebe
entra en contacto con un objeto como un dedo cerca de la boca o en la mejilla
inmediatamente el recién nacido succionara por reflejo (Reflejo de succión).
2. Reacciones circulares
primarias (1-4 meses)
La segunda sub-estadio es
la etapa de las reacciones circulares primarias. Se caracteriza porque el bebé
repetirá acciones placenteras las cuales están centradas en su propio cuerpo.
Por ejemplo, los bebés de 1
a 4 meses de edad suelen mover los dedos, patear con sus piernas y chupar sus
pulgares. Estas no son acciones reflejas. Se realizan intencionalmente buscando generar estimulación agradable.
3. Reacciones circulares secundarias
(4-10 meses)
Durante este estadio de
desarrollo los bebés repiten acciones que les resultan placenteras, tanto
aquellas que involucran objetos, como las que implican acciones sus propios
cuerpos. Un ejemplo de esto es cuando el niño que sacude su sonajero por el
placer de escuchar el sonido que produce.
4. Coordinación de esquemas
secundarios (10-12 meses)
En lugar de simplemente
realizar acciones que les resultan interesantes, los bebés ahora muestran
signos de una habilidad para usar sus conocimientos adquiridos para alcanzar
una meta.
Por ejemplo, el bebé no
sólo sacudirá el sonajero, sino que tratará de alcanzar y moverá a un lado
algún objeto que se interpone en su camino hacia agarrar el sonajero.
5. Reacciones circulares
terciarias (12-18 meses)
Éstas difieren de las
reacciones circulares secundarias en el sentido de que son adaptaciones
intencionales a situaciones específicas. El niño que una vez exploró un objeto
separándolo ahora trata de volver a poner todo junto.
Por ejemplo, apila los
ladrillos que sacó previamente de su camión o vuelve insertar los bloques uno
dentro de otro.
6. Principio del
pensamiento (18-24 meses)
Finalmente, en el último
escalón está el inicio del pensamiento simbólico. Este estadio es transicional
a la etapa pre operacional del desarrollo cognoscitivo. Los bebés ahora son
capaces constituir representaciones mentales de objetos.
Esto significa que han desarrollado la capacidad de visualizar objetos
que no están físicamente presentes. Esto es crucial para la adquisición de la
permanencia del objeto – el logro más fundamental de toda la etapa
sensoriomotora del desarrollo
Periodo pre operacional.
La
etapa pre-operacional es la segunda etapa en la teoría del desarrollo cognitivo
de Piaget. Esta etapa comienza alrededor
de los dos años y dura hasta aproximadamente la edad de los siete años.
Durante
esta etapa, los niños comienzan a participar en el juego simbólico y aprenden a
manipular los símbolos. Sin embargo, Piaget señaló que aún no entienden la
lógica concreta. El desarrollo del lenguaje
es otras de sus características.
El
estadio pre-operativo es escaso y lógicamente inadecuado en lo que respecta a
las operaciones mentales. El niño es capaz de formar conceptos estables, así
como las creencias mágicas. Sin embargo, el niño no es capaz de realizar
operaciones, que son tareas que el niño puede hacer mentalmente y no
físicamente. El pensamiento en esta etapa sigue siendo egocéntrico, lo que
significa que el niño tiene dificultades para tomar el punto de vista de los
demás.
Al
final de esta etapa los niños pueden representar mentalmente eventos y objetos
(la función semiótica), y participar en el juego simbólico.
Las
principales características de la etapa preoperacional incluyen:
El término egocéntrico se
aplica a la persona que se considera el centro de todo, que piensa que es muy
importante y que todo el mundo se ha de preocupar de él. Persona que supone ser
el centro de todo y asume por tanto actitudes de exigencia y egoísmo. Muchas
veces cuando nos relacionamos con niños, nos sorprende lo que hacen o dicen. Su
conducta parece caprichosa o curiosa. Esto se debe a una característica del
pensamiento infantil que se denomina EGOCENTRISMO. El estadio inicial del ser
humano es de un profundo egocentrismo, una total indiferenciación entre lo que
él es y lo que no es. O sea que está centrado. El niño conoce el mundo según
una sola perspectiva, la de él mismo. Es por ello, que tiene dificultad para
ponerse en la perspectiva del otro, para separarse de su propio punto de vista
e imaginarse cómo entiende las cosas otra persona. Entender la realidad supone
situarse respecto de ella y entonces tomar conciencia de uno mismo como algo
distinto, aunque vinculado a ella. En el egocentrismo, el sujeto no se
diferencia de lo que lo rodea, ya sea la realidad física o la realidad social,
tanto desde el punto de vista material o desde el punto de vista mental. El
egocentrismo aparece en todas las etapas del ser humano, la superación de un
tipo de egocentrismo va unida a la aparición de un nuevo tipo.
El
egocentrismo, concepto utilizado en el ámbito de las teorías del desarrollo,
fue muy utilizado por Jean Piaget (1923) para referirse a la dificultad que
tienen los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya. Se trata
de una etapa natural y propia del niño en sus primeros meses de vida, cuando
pasa del mundo de las sensaciones puras –en las cuales sólo existe para sí
mismo- y empieza a descubrir al “otro” en la figura de la madre, y de ahí a
interesarse cada vez más por el mundo exterior.

El pensamiento egocéntrico pre-operacional
del niño es su estructuración de una relación de causa y efecto. Piaget acuñó
el término pre-causal pensado para describir la manera que los niños
pre-operacionales utilizan sus propias ideas o puntos de vista existentes, como
en el egocentrismo, para explicar las relaciones de causa y efecto.
Se refiere a la creencia de que las
características medioambientales pueden ser atribuidas a las acciones o
intervenciones humanas. Por ejemplo, un niño puede decir que hay viento fuera
porque alguien está soplando muy fuerte o las nubes son blancas porque alguien
les pintó ese color.
Como resultado del realismo, los niños
explican la realidad por medio del artificialismo. Esto es atribuir
características de vida a los objetos, por ejemplo: mesa mal, o ahora es de día
porque han encendido la luz, o ¿sabe el tren que estamos arriba de él?, etc.

Es la tendencia mostrada por los niños a confundir las experiencias subjetivas
(sueños, imaginaciones, pensamiento, etc.) con la realidad. Se considera,
dentro de esta teoría, una manifestación del egocentrismo característico del
periodo “pre-operatorio”.
Indiferenciación entre el mundo entre el
mundo psíquico y el mundo físico, entre la experiencia subjetiva y los hechos
objetivos.
El
animismo es la creencia de que los objetos inanimados son capaces de accionar y
tienen cualidades reales. Un ejemplo podría ser un niño creyendo que la acera
estaba loca y le hizo caer, o que las estrellas brillan en el cielo porque son
felices.
Esta
es la creencia de que los objetos inanimados tales como juguetes u objetos
poseen sentimientos e intenciones humanas, en otras palabras, para el niño
preoperacional de Piaget (1929) el animismo significa que el mundo natural está
vivo, consciente y tiene un propósito.
Piaget
identificó cuatro etapas del animismo:
1. Hasta la edad de 4 a 5 años, el niño cree
que casi todo está vivo y tiene un propósito, referida esencialmente a una
utilidad humana: la lámpara encendida, el horno que calienta, la luna que
ilumina, etc.
2. Durante la segunda etapa (5-7 años) sólo
aquellos objetos que se mueven poseen un propósito. )
La vida está reservada a las cosas que se mueven o pueden ser movidas y finalmente
a los cuerpos que parecen moverse por sí mismos, como los astros o el viento.
Es por ello que las nubes saben que avanzan, puesto que llevan la lluvia y,
sobre todo, avanza la noche, puesto que la noche es una gran nube negra que
cubre el cielo cuando conviene dormir; el viento sabe que sopla y el sol que avanza.
3. En la siguiente etapa (7-9 años), sólo los
objetos que se mueven de forma espontáneamente se les atribuye que están vivos. Sólo
está dotado de conciencia el movimiento espontáneo; por ejemplo, las nubes ya
no saben nada ‹‹puesto que el viento las impulsa››, pero, con respecto al
viento se precisa que no sabe nada ‹‹porque no es una persona››, pero que
‹‹sabe que sopla›› porque es él quien sopla. Los astros son concebidos como
particularmente inteligentes
4. En la última etapa (9-12 años), el niño
comprende que sólo las plantas y los animales están vivos.
Tendencia a creer que las cosas dependen
de una causa última y un sentido u objetivo predeterminado (la noche se ha
hecho para poder dormir)
El
pensamiento pre-causal está categorizada por el razonamiento transductivo. El
razonamiento transductivo es cuando un niño no entiende las verdaderas
relaciones entre causa y efecto.
El
razonamiento transductivo refiere a cuando un niño razona desde concreto a lo
específico, dibujo una relación entre dos eventos separados que de otro modo no
relaciona. Por ejemplo, si un niño escucha el ladrido de un perro y luego
reventó un globo, el niño llegaría a la conclusión de que reventó el globo
debido a que el perro ladró.
Sincretismo:
Tendencia
espontanea a percibir por visiones globales y por esquemas subjetivos de
encontrar analogías entre objetos y sujetos sin que haya habido un análisis
previo.
Razonamiento
no deductivo que pasa directamente por un acto intuitivo de una premisa a una
conclusión.
Consiste
en cometer errores de razonamiento al intentar vincular ideas que no están
relacionadas. Ejemplo: mamá tuvo un bebé la última vez que fue al hospital, de
modo que la próxima vez que vaya al hospital se esperará erróneamente que
traiga a casa otro bebé.
Centración
Esta
es la tendencia a concentrarse en un solo aspecto de un objeto o situación a la
vez. Cuando un niño es capaz de
desplazar su atención en más de un aspecto de una situación al mismo tiempo es
que ya ha alcanzado la capacidad de descentrarse.
Durante
esta etapa los niños tienen dificultades para pensar en más de un aspecto de
cualquier situación al mismo tiempo; además, tienen dificultades para
descentrarse en situaciones sociales, a pesar que ya sean capaces de realizarlo
en contextos no sociales.
Juego simbólico
Los niños a esta edad a menudo pretenden
ser personas que no son (por ejemplo, superhéroes, un bombero), y pueden
representar estos roles con apoyos que simbolizan objetos de la vida real. Los niños también pueden inventarse un
compañero de juegos imaginario.
“En
el juego simbólico, los niños pequeños avanzan en sus conocimientos sobre las
personas, los objetos y las acciones y construyen así representaciones cada vez
más sofisticadas del mundo”-
A
medida que la etapa pre-operativa se desarrolla el egocentrismo disminuye y los
niños empiezan a disfrutar de la participación de otros niños en sus juegos y
“dejan de fingir” el juego se torna más importante.
Para
que esto funcione, es necesario de algún modo que se regule las relaciones de
cada niño con el otro y de dicha necesidad surgen los orígenes de una
orientación hacia los demás en términos de normas.















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